18 Ene El poder del RETINOL
La retinización es uno de los tratamientos faciales de los que más se hablado en los últimos meses, pero ¿sabemos exactamente qué es el retinol y cuáles son sus propiedades?
Os adelantamos que es uno de los tratamientos estrella antiaging que consigue disminuir la profundidad de las arrugas, tratar los poros dilatados, difuminar manchas y mejorar la calidad de la piel en general.
El retinol no es el único, sino el más conocido de la familia de los retinoides. Existen distintos tipos, como el ácido retinoico, el retinal, el retinol u otros derivados, y todos ellos, a su vez, son derivados de la vitamina A.
Su función principal es aumentar la velocidad de la renovación celular y exfoliar, ya que consiguen eliminar la capa más superficial de la piel, con el crecimiento así de una dermis más rejuvenecida, más lisa y con mayor luminosidad.
Además, todos los tratamientos van a conseguir, además, estimular la formación de colágeno ya que activan la proliferación de fibroblastos.
El famoso retinol de uso tópico es el más conocido y recomendable para mejorar la calidad de nuestra piel en casa.
Es un precursor del ácido retinoico, y en función de la concentración y la formulación del producto que utilicemos será más o menos eficaz contra las manchas, las marcas de acné y el proceso de envejecimiento en general.
Esta molécula es la que comúnmente contienen en las cremas y también provoca esa exfoliación superficial y renovación cutánea mejorando signos como la falta de uniformidad de la piel (marcas, poros dilatados, manchas…) y las pequeñas líneas de expresión.
Y aunque es menos potente que el ácido retinoico que se utiliza en tratamientos médicos, es el indicado a largo plazo para cuidar nuestra piel, mejorar su textura, tratar las imperfecciones y engrosar la dermis para luchar contra la flacidez. Igualmente, tiene un alto poder irritante, por lo que hay que aumentar la frecuencia de uso progresivamente hasta generar tolerancia y preferiblemente usarlo por la noche para evitar su oxidación con la luz solar (al serun activo bastante inestable se oxida con bastante facilidad, por lo que hay que evitar exponerlo a la luz) y favorecer el “recambio” celular que tiene lugar durante el sueño.
En general todos los retinoides son irritantes en menor o mayor medida, por lo que si la piel es muy sensible lo ideal es usar otro tipo de moléculas como el retinaldehido, que se forma por oxidación del retinol, por lo que irrita bastante menos, y puede usarse durante el día. Sus efectos se notan de forma más lenta y es más útil en pieles sensibles ya que la irritación es casi inexistente.
¿Cómo aplicar?
La regla de oro cuando alguien empieza con este tratamiento conviene aplicarlos tres veces a la semana la primera quincena, días alternos la segunda y, desde ahí, ya a diario.
¿Podemos usarlo también en verano? No sólo podemos, ¡debemos!
No tiene sentido preparar la piel y tratarla para dejar de cuidarla de repente durante el verano. Debemos seguir el tratamiento para no romper su adecuado proceso de cuidado. Además, en verano, es normal sentir que a la piel le sobra todo y está más grasa, sobre todo en zonas de playa; en estas situaciones la vitamina A resultará tremendamente práctica por su capacidad seborreguladora.
Además, esta teoría se sustenta por el hecho de que los retinoides incrementan los niveles de la enzima p53, reconocida por ser el guardián del ADN. Es una proteína que resulta esencial para que las células respondan adecuadamente ante situaciones extremas, como es la exposición solar. Un producto con retinol hace que la piel esté más fuerte y se recupere mejor ante el posible daño que pueda sufrir en verano.
Además del tratamiento en casa, existen los tratamientos en cabina para potenciar sus efectos, descubre nuestro tratamiento POWER RETINOL.
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